Cientos de oficiales de policía brasileños han ocupado dos importantes barrios de viviendas precarias –las favelas— en un esfuerzo por poner fin a una guerra entre narcotraficantes que ha dejado diez pesonas muertas desde del viernes.
Helicópteros sobrevolaron el área y surgieron disparos este lunes, mientras la policía densamente armada, entró en las favelas de Rociña y Vidigal.
Dos personas murieron en un tiroteo con la policía en Rociña, la favela más grande de la ciudad.
Las autoridades indicaron que los problemas comenzaron el viernes cuando miembros de una pandilla de Vidigal intentaron invadir Rociña para tomar control del tráfico de narcóticos ilegales.
Las autoridades del Estado de Río de Janeiro están considerando construir muros de 3 metros de alto alrededor de las favelas para contener la violencia.
El Alcalde de la ciudad pidió la intervención federal para ayudar a mantener la paz.