Una activista de derechos humanos nacida en China admitió en un tribunal estadounidense que exportó tecnología secreta a China.
Gao Zhan se declaró ayer culpable en una corte federal de un cargo de fraude fiscal y de haber exportado 80 micro-procesadoras a China sin la autorización de Estados Unidos.
Los componentes pueden ser utilizados para navegar aviones militares e identificar objetivos.
Los fiscales dijeron que Gao se apropió de casi 549 mil dólares por la negociación, por lo cual ahora puede ser condenada a 10 años de prisión cuando sea sentenciada el cinco de marzo.
Gao estuvo en el centro de la atención mundial en 2001, cuando fue condenada en China de haber espiado para Taiwán.
Cinco meses después, fue liberada después de que Estados Unidos ejerció intensa presión sobre China, y regresó a Washington.