Soldados y civiles en el sur de Rusia observan un día de duelo por las víctimas del atentado suicida con bomba de la semana pasada en un hospital militar.
El presidente Vladimir Putin pidió a las autoridades que hagan mas para evitar atentados de este tipo.
Las banderas se izaron a media asta hoy en los edificios gubernamentales de Ossetia del Norte y funcionarios de gobierno develaron un monumento en el terreno del destruido hospital en la ciudad de Mozdok.
El gobierno reservó tres 300 dólares en compensaciòn para las familias de cada personas que pereció en el ataque, mientras que los heridos recibirán la mitad de esa cantidad.
El ataque del viernes mató a 50 personas y dejó más de 70 heridos. 64 personas continúan hospitalizadas.