Poderosas tormentas impulsadas por temperaturas sin precedentes han afectado el sur de Francia, dejando una persona muerta y más de 60 heridos.
Se informó de lluvias torrenciales y vientos de hasta 160 kilómetros por hora en la ciudad de Bordeaux, lo que destruyó árboles y derribó líneas eléctricas.
No obstante, las tormentas llevaron un alivio a Francia, que como la mayor parte de Europa, ha estado bajo una ola de calor sin precedentes.
Temperaturas de más de 30 grados centígrados se registraron desde Gran Bretaña hasta Rumania, y se anticipa que continuarán.
En París, los turistas acuden a los museos por el aire acondicionado, y los vendedores de helados han tenido ganancias significativas.
En Italia, las autoridades se encuentran preocupadas, ya que el río Po ha llegado a su nivel más bajo en los últimos cien años.