Intensas lluvias han sacado de cauce a los ríos, inundando grandes áreas en el oeste de Europa, provocando la muerte de por lo menos dos personas en Alemania y lesiones a muchas más.
Las inundaciones acompañadas de intensos vientos han interrumpido el transporte en Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Portugal, a medida que árboles caídos han bloqueado las rutas y autopistas y las altas aguas han impedido el tráfico de barcazas.