El Aeropuerto Internacional de Praga reabrió horas después de una amenaza de bomba.
Un portavoz de las Aerolíneas Checas dijo que la policía registró el Aeropuerto Ruzyne, pero no encontró explosivos.
Aerolíneas Checas fuer forzada a cancelar 12 vuelos, pero se permitió el aterrizaje de 17 vuelos. Las autoridades mantuvieron a los pasajeros en los aviones hasta que se completó el registro de las instalaciones.
La policía evacuó a la gente de la principal terminal hacia un estacionamiento, mientras investigaba la amenaza telefónica. Nadie se ha atribuído la responsabilidad por la falsa amenaza.