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Discurso Del Presidente George W. Bush - 2002-05-20


Bienvenidos. Bienvenidos a la Casa Blanca para el Centésimo Aniversario de la Independencia de Cuba.

Hoy rendimos homenaje a los vínculos de amistad, de familia y de fé que unen al pueblo cubano y al pueblo de los Estados Unidos. Homenajeamos las contribuciones que los cubano-estadounidenses han hecho en todos los aspectos de nuestra vida nacional. Y hoy estoy presentando una propuesta y un desafío, que pueden poner a Cuba en el camino hacia la libertad. Aprecio que el Secretario de Estado esté aquí. Él y yo consideramos este tema muy seriamente. Él ama la libertad tanto como yo. Quiero agradecer a Mel Martínez, un graduado de Pedro Pan, por estar aquí; Señor Secretario, usted está haciendo una gran tarea. Bienvenido.

Agradezco a los miembros del cuerpo diplomático que están aquí. Gracias a todos por venir, me honro en tenerles aquí. Quiero agradecer al Senador George Allen de la Mancomunidad de Virginia. Quiero agradecer al Representante Dan Burton; señor Presidente. Y por supuesto, a dos grandes miembros del Congreso de Estados Unidos, gente que ha tenido mucho que ofrecer, muchos buenos consejos: Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart. Gracias a todos por venir.

La independencia de Cuba, hace hoy un siglo, fue la inspiración de grandes figuras como Félix Varela. Fue el resultado de la determinación y el talento de parte de grandes estadistas como José Martí, y de grandes soldados como Antonio Maceo y Máximo Gómez. Pero por sobre todo, la independencia de Cuba fue el producto del gran coraje y sacrificio del pueblo cubano. Hoy, y cada día durante los últimos 43 años, ese legado de coraje ha sido insultado por un tirano que usa métodos brutales para imponer una visión en bancarrota. El legado ha sido envilecido por una reliquia de otra era, que ha tornado una isla hermosa, en una prisión. En una carrera de opresión, Castro ha importado misiles balísticos con ojivas nucleares, y ha exportado sus fuerzas militares para alentar la guerra civil en el extranjero.

Él es el dictador que encarcela y tortura y exilia a sus opositores políticos. Sabemos esto. El puebo cubano lo sabe. Y el mundo lo sabe. Después de todo, hace apenas un mes la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en una resolución propuesta por naciones de América Latina, formuló un llamado al gobierno de Cuba para que --finalmente-- comience a respetar los derechos humanos de su pueblo.

A través de todas sus penas y privaciones, las ansias del pueblo cubano por su libertad no han disminuìdo. Lo vemos hoy en La Habana, donde más de once mil valientes ciudadanos han solicitado a su gobierno que realice un plebiscito sobre las libertades fundamentales. Si se permite esa consulta popular, eso podría constituir el preludio, el comienzo de un cambio verdadero en Cuba.

Estados Unidos no tiene designio alguno sobre la soberanía cubana. Eso no forma parte de nuestra estrategia o de nuestra visión. De hecho, Estados Unidos ha respaldado en forma decidida y consistente la libertad del pueblo cubano. Y es importante que quienes aman la libertad en esa hermosa isla sepan que nuestro respaldo hacia ellos nunca cejará.

Hoy, anuncio la Iniciativa por una Nueva Cuba, que ofrece al gobierno de esa nación un camino hacia la democracia y la esperanza, y hacia mejores relaciones con Estados Unidos.

Cuba ha programado realizar elecciones para su Asamblea Nacional en 2003. Permítanme leer el artículo 71 de la Constitución Cubana. Dice: “La Asamblea Nacional está compuesta por diputados electos por voto libre, directo y secreto”. Eso es lo que dice la Constitución. Sin embargo, desde 1959, ninguna elección en Cuba ha estado siquiera cerca de esos preceptos. En la mayoría de las elecciones ha habido un solo candidato: el candidato de Castro.

Todas las elecciones en la Cuba de Castro han constituìdo un fraude. Las voces del pueblo cubano han sido reprimidas, y sus votos han carecido de significado. Esa es la verdad. En las elecciones de 2003, para elegir la Asamblea Nacional, Cuba tiene la oportunidad de ofrecer a los votantes la sustancia de la democracia, no sus formas huecas, vacías.

Los partidos de oposición deberían tener la oportunidad de organizarse, reunirse y expresarse con igual acceso en todos los medios radiales y televisivos. Todos los prisioneros políticos deberían ser puestos en libertad y permitírseles participar en el proceso eleccionario. Las organizaciones de derechos humanos deberían disponer de libertad para visitar Cuba, a fin de garantizar que se están creando las condiciones para unos comicios libres. Y las elecciones de 2003 deberían ser vigiladas por observadores extranjeros objetivos. Estas son los pasos mìnimos necesarios para garantizar que las elecciones del año próximo sean la verdadera expresión de la voluntad del pueblo cubano.

También desafìo al gobierno de Cuba a que alivie su actitud opresiva, a que cambie su estrangulamiento sobre la actividad económica privada. Las libertades económicas y políticas van siempre de la mano, y si se da una apertura en el sistema político de Cuba, los cuestionamientos fundamentales en torno a su retrògado sistema económico, van a quedar bajo un anàlisis màs agudo.

Si realmente el gobierno cubano desea promover los intereses de los trabajadores, de los trabajadores cubanos, seguramente permitirá que existan sindicatos independientes del control oficial. Si Cuba aspira a crear más empleos bien remunerados, debe haber empleadores privados capaces de negociar y pagar a los empleados de su propia elección, sin que el gobierno decida a quiènes tienen que contratar y a quiènes deben despedir.

Si Cuba quiere atraer las inversiones extranjeras que tanto necesita, debe respetarse el derecho a la propiedad. Si el gobierno desea mejorar las condiciones de la vida cotidiana de su pueblo, los artìculos producidos en Cuba, y los servicios, deberían estar disponibles a todos sus ciudadanos. Los trabajadores empleados por empresas extranjeras deberían recibir su salario directamente de manos de sus empleadores en vez de que el gobierno se apodere de sus salarios en moneda dura, y les entregue una bagatela en forma de pesos. Y los anuncios en los hoteles que dicen “Solamente Turistas” deben finalmente sacarse.

Si Cuba no da grandes pasos para abrir su sistema político y su sistema económico, el comercio con Cuba no va a ayudar al pueblo cubano. Es importante que los estadounidenses entiendan, que sin reforma política, sin reforma económica, el comercio con Cuba meramente enriquecería a Fidel Castro y sus compinches.

Las ideas bien intencionadas acerca del comercio meramente impulsarían a este dictador, enriquecerían a sus compinches, y intensificarìan el régimen totalitario. No ayudarían al pueblo Cubano. Con una verdadera reforma política y económica, el comercio puede beneficiar al pueblo cubano y permitirle compartir el progreso de nuestros tiempos.

Si el gobierno de Cuba da todos los pasos necesarios para asegurar que las elecciones en 2003 son certificablemente libres y limpias --verificablemente libres y limpias-- y si Cuba también comienza a aprobar razonables reformas de mercado, entonces --y sólo entonces-- trabajaré con el Congreso de Estados Unidos para atenuar la prohibición de comerciar y de viajar entre nuestras dos naciones.

Una reforma significativa de parte de Cuba, será contestada con una significativa respuesta estadounidense. El objetivo de la política de Estados Unidos hacia Cuba no es un permanente embargo a la economía cubana. El objetivo es la libertad para el pueblo de Cuba.

La iniciativa de hoy invita al gobierno cubano a confiar y respetar a los ciudadanos cubanos. Y exhorto a otras democracias en este hemisferio y más allá de él, a usar su influencia con el gobierno cubano para permitir elecciones de la Asamblea Nacionial libres y justas, y a que presionen para una reforma real, significativa y verificable.

La total normalización de las relaciones con Cuba --reconocimiento diplomático, comercio abierto, y un robusto programa de ayuda-- sólo será posible cuando Cuba tenga un nuevo gobierno que sea totalmente democrático, cuando el imperio de la ley sea respetado, y cuando los derechos humanos de los cubanos estén totalmente protegidos.

Pero, bajo la Iniciativa para una Nueva Cuba, Estados Unidos reconoce que la libertad a veces crece paso a paso. Y vamos a alentar esos pasos. La corriente de la historia se encamina firmemente hacia la libertad. Nuestro plan es acelerar el progreso de la libertad en Cuba en toda forma posible, así como Estados Unidos y nuestros amigos y aliados democráticos lo lograron exitosamente en lugares como Polonia, o en Sudáfrica. Aún cuando buscamos poner fin a la tiranía, trabajaremos para mejorar la vida del pueblo que vive bajo el gobierno de Castro y resistiéndolo.

Hoy, anuncio una serie de acciones que beneficiarán directamente al puebo de Cuba, y le darán mayor control de su destino económico y político. Mi administración atenuará las restricciones aplicadas a la ayuda humanitaria realizada por legítimas organizaciones estadounidenses religiosas y otras no-gubernamentales, que directamente sirvan a las necesidades del pueblo cubano y que contribuyan a construir la sociedad civil cubana. Y Estados Unidos proveerá a dichos grupos con asistencia directa que se podrá usar para actividades humanitarias y empresariales.

Nuestro gobierno ofrecerá becas en Estados Unidos para estudiantes y profesionales cubanos que tratan de crear instituciones civiles independientes en Cuba, y becas para miembros de las familias de los prisioneros políticos. Estamos dispuestos a negociar que haya un servicio postal directo entre Estados Unidos y Cuba. Mi administración también continuará buscando la forma de modernizar a Radio y Televisión Martí, porque los màs fuertes muros de opresión no pueden sostenerse cuando se abren las compuertas de la información y el conocimiento. En los meses venideros, mi administración seguirá trabajando con lìderes de todo nuestro paìs, líderes que aman la libertad para Cuba, para implementar nuevas formas para habilitar a las personas a aumentar las oportunidades de libertad.

Estados Unidos continuará aplicando sanciones económicas a Cuba y la proscripción de viajar a Cuba, hasta que el gobierno cubano pruebe que está comprometido a una reforma real. Continuaremos prohibiendo el financimiento para compras cubanas de bienes agrícolas estadounidenses, porque ello sólo sería un programa de ayuda extranjera disfrazado que beneficiaría al actual régimen.

La iniciativa de hoy ofrece al gobierno de Cuba un sendero diferente que conduce a un futuro distinto, un futuro de mayor democracia, prosperidad y respeto. Con una reforma real en Cuba, nuestros países pueden comenzar a desligarse de cuatro décadas de desconfianza y división. Y la opciòn està en manos de Fidel Castro.

Hoy, sòlo hay una nación en nuestro hemisferio que no es democrática. Solamente una. Slo hay un gobernante nacional cuya posición de poder se debe más a las balas que a las balotas. Fidel Castro tiene la oportunidad de escaparse de este aislamiento solitario y estancado. Si él acepta nuestra oferta puede brindar ayuda a su pueblo y esperanza a nuestras relaciones.

Si Castro rehùsa nuestro ofrecimiento, estará protegiendo a sus compinches a expensas de su pueblo. Y finalmente, a pesar de todos sus instrumentos de opresión, Fidel Castro necesitará darle una explicación a su pueblo.

José Marti dijo...“las barreras de ideas son mas fuertes que las barricadas de piedra”. Para beneficio del pueblo cubano, ya es tiempo de que Castro haga a un lado las ideologías obsoletas y fracasadas, y comience a pensar de manera diferente sobre el futuro. Este dìa podría marcar un nuevo amanecer en una larga amistad entre nuestros pueblos, pero eso sòlo ocurrirá si el règimen de Castro ve la luz.

La independencia de Cuba fue lograda hace un siglo. Fue secuestrada hace casi medio siglo. Sin embargo, el espíritu independiente del pueblo cubano nunca ha vacilado. Y nunca ha sido màs fuerte que lo que es ahora. Estados Unidos se siente orgulloso de apoyar a los cubanos y a todos los cubano-estadounidenses que aman la libertad. Y vamos a continuar respaldándoles hasta que la libertad regrese a la tierra que tanto aman.

Viva Cuba Libre (Aplausos)

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