En Estados Unidos, las ventas al detalle cayeron en diciembre en 0,1 por ciento, una proporción menor a la proyectada. Mientras, los gastos de consumo mantuvieron su fortaleza, a pesar de la recesión y del creciente desempleo.
La baja se produjo principalmente por una caída en las ganancias de las estaciones gasolineras, en parte debido a la baja en los precios de los combustibles. No obstante, otras categorías, incluyendo muebles para la vivienda, artículos electrónicos, prendas de vestir y servicios de salud, mostraron aumentos.
Algunos analistas sostienen que es posible que los gastos de consumo se mantengan flexibles, dado que las tasas de interés registran el nivel más bajo de los últimos 40 años. Los gastos de consumo constituyen dos tercios de la economía de Estados Unidos.
Entretanto, en Gran Bretaña, la inflación se elevó levemente en diciembre, a uno coma nueve por ciento. El aumento sitúa la inflación en un nivel muy inferior a la meta de dos coma cinco por ciento establecida por el Banco de Inglaterra y reduce la probabilidad de un alza de tasas por parte del Banco Central británico, medida utilizada para contener los gastos de consumo y la inflación.